Verano en Málaga: 7 actividades que no puedes perderte

Málaga es un punto de partida perfecto para conocer España y, además, es la ciudad del Sur ideal para acercarse a la cultura española. Y no hay mejor momento que el verano para explorar todo lo que ofrece Málaga, aspirar el olor de las plantas subtropicales que sobreviven al calor y la brisa del mar y moverse al ritmo de la ciudad, que vibra a tu alrededor.

En Málaga te resultará fácil hacerte una idea de la historia española, porque la ciudad rezuma tradición por los cuatro costados. Piérdete por el centro y rodéate de la arquitectura y del arte auténticamente españoles que encontrarás repartidos por toda la ciudad. Y si no te van tanto las aglomeraciones (porque, eso sí, Málaga se llena en verano), siempre puedes escaparte a cualquiera de los muchos pueblos que rodean la ciudad y disfrutar, aunque sea por un solo día, de lo que es la vida del campo en Andalucía.

¿Quieres saber lo que te recomendamos desde nuestro hostel en Málaga? Pues comencemos esta ruta indispensable por la ciudad del Sur que te enamorará desde el minuto uno.

El buen comer: el pescaíto y el vinito malagueños

1) Si no vas a cualquier chiringuito de la playa y pides el tradicional espeto de sardinas, es que no has estado en Málaga. Y no solo eso… disfruta también de un buen plato de boquerones vitorianos, una especie autóctona de la zona de la bahía del Rincón de la Victoria, pueblo costero de la comarca de la Axarquía que reclama la capitalidad del boquerón, ya que esta especie, que solo se captura aquí, está considerada la mejor de la península.

2) Los mercados de la ciudad son una visita imprescindible. El de Atarazanas es idóneo para contemplar la arquitectura nazarí del siglo XIV en combinación con la arquitectura del hierro del siglo XIX, mientras uno pasea rodeado de la pesca fresca del día: rapes, camarones, pulpos, almejas… prueba alguna de las delicias culinarias más sabrosas de España en un mercado que aúna historia y tradición. Desde nuestro hostel en el centro de Málaga, lo tienes solo a unos pasos.

3) Entre las joyas culinarias que ofrece Málaga, sus vinos, conocidos en el mundo entero, ocupan un lugar primordial. En los viñedos malagueños se utilizan todavía las técnicas antiguas, lo que permite conservar el mejor sabor de la uva. Si vienes a Málaga durante unos días y eres amante del zumo de la uva, hazte una ruta del vino y visita las bodegas más importantes, así podrás catar el producto y conocer de primera mano cómo se elabora. ¿Dónde puedes ir? Bodega Dimobe (Moclinejo), Bodega Jorge Ordóñez (Vélez-Málaga) o Bodegas Almijara (Cómpeta) son algunos de los nombres que puedes apuntar en tu agenda.

Ya hemos comido, ¿y ahora qué?

4) Con la barriga llena, todo se ve de otro color, así que podría ser un momento excelente para recorrerte los maravillosos lugares que te ofrece el centro en apenas un radio de unos kilómetros. Sin necesidad de coger ningún transporte, puedes visitar cualquiera de los 34 museos que ofrece la ciudad o alguno de sus emblemáticos monumentos de historia milenaria.

5) ¿Bajamos la comida? ¿Qué tal una excursión de uno o medio día? Si te interesa la vida natural y los paisajes que quitan el hipo, tienes que visitar el pueblo de Antequera y el Torcal. La reserva natural de la Sierra del Torcal está formada por piedra caliza, que se ha ido erosionando a lo largo de 150 millones de años y que ha originado un paisaje único, donde conviven curiosas formas que merecen una buena exploración.

6) Si desplazarte tanto no está en tus planes y prefieres no alejarte demasiado del centro, ¡vete a la playa! En concreto, visita el barrio de El Palo, apenas a unos 8 kilómetros del centro de la ciudad. Un barrio tradicional, auténtico y pesquero. De los más antiguos de Málaga. ¿Sabes por qué se llama así? La historia más difundida cuenta que en 1908, en la parada del Tranvía que paraba en este barrio, había un palo de madera bien alto y visible, con lo que la gente empezó a identificar esta parada como la del palo, lo que acabó dando nombre al barrio. En este barrio abundan los chiringuitos playeros y el buen pescaíto, como el que se come en El Tintero, un restaurante a pie de playa conocidísimo donde la comida no se pide: verás a los camareros andar de arriba para abajo con las manos cargadas de platos que van saliendo de cocina y que van pregonando en espera de que los clientes los soliciten en sus mesas. ¡Pide el que te guste antes de que vuele!

7) Por último, nos queda uno de nuestros mayores tesoros: las playas malagueñas. Eso sí, para ver las mejores tienes que alejarte un poco del núcleo de la ciudad… Playas como el Playazo de Maro, la Playa Almayate-Bajamar en Almayate o las calitas escondidas del precioso pueblo de Nerja. Pequeños oasis recónditos donde esconderte, aunque sea por un día, del ajetreado murmullo de la ciudad malagueña. ¡Carga las pilas en estos paraísos aislados y vuelve a sumergirte en el chispeante y agitado ocio de la ciudad a tu vuelta al centro!

Coge esta pequeña guía y hazte un recorrido por una ciudad que te enamorará en todas sus calles, sus gentes y sus maravillas culinarias. Y si vienes en pareja, echa un vistazo también a los planes románticos que te proponemos, para que tú y tu pareja disfrutéis de un verano diseñado para los dos en la ciudad malagueña.

Y recuerda que el personal de nuestro hostel boutique está a tu disposición para cualquier recomendación que necesites o indicaciones sobre el sitio al que quieras llegar, ¡solo tienes que preguntarnos y estaremos encantados de orientarte por las maravillas malagueñas!

fran